sábado, 23 de junio de 2012

Levi Leanatus - La promesa de un futuro


    

Con vistas a los nuevos acontecimientos que nos traerá el universo de warhammer 40k, me han inspirado a empezar con el trasfondo de lo que jugaré. No es gran cosa ya que no soy  buen escritor de relatos, pero es básicamente el comienzo y siempre he disfrutado haciendolo. Nunca he posteado ninguno en el blog, pero hoy me siento especialmente animado jaja.


Ojos cerrados, rostro enfrentado al suelo y su puño alzado a media altura con el codo apoyado en su rodilla, sujetaba con firmeza un medallón con la insignia imperial. Mientras, recitaba una a una las letanías de combate. Su tono de voz neutro se perdía entre murmullos, los murmullos de sus compañeros de armas. Sus hermanos que a su vez recitaban también, como tantos otros habían hecho antes de marchar al combate. Como tantos otros lo harían.

    Abrió los ojos lentamente, al ritmo de una larga y sonora exhalación, no de temor, ni desazón, si no de orgullo. La misión de hoy no era otra misión más, una extracción en un planeta a punto de ser devorado por la flota enjambre no era una misión normal. Muchos la calificarían de locura y suicida. Un soldado normal estaría rezando, pero él no. Él era un marine, y ellos no conocen el miedo. Una misión así, es un honor que se da pocas veces en la vida de un soldado, y él como capitán con más de un siglo de experiencia en combate, lo sabía perfectamente.

    La misión en papel era sencilla, un rápido descenso orbital al planeta Iatos III utilizando una sóla cápsula de desembarco para atraer el mínimo de fuerzas tiránidas en superficie y no llamar tampoco la atención de su flota, que se encontraba en estos momentos enfrascada en un combate orbital con la flota de combate Ultramarine. A partir de ahí, estarían solos, a pie y con lo puesto, deberían encontrar un grupo de soldados que no pudo ser evacuado a tiempo, entre ellos había un oficial que debía ser extraído del planeta con la mayor rapidez posible. Pero en papel, todo es sencillo.

    Inspeccionó de una ojeada rápida el compartimento, sus hermanos se iban incorporando uno a uno para recoger su equipo, armamento y se colocaban sus yelmos blancos laureados de la primera compañía. Todos ellos curtidos veteranos de la guardia, lo mejor de lo mejor, sus almas encomendadas al servicio de la humanidad servirían de espada del Emperador una vez más. Ya estaban listos. El mismo recogió su casco ornamentado, y acunándolo bajo su regazo se arrodilló frente a la escuadra de veteranos, en señal de estar listo para que realizar sus votos de combate. El sargento Avitus se adelantó para realizar la rápida ceremonia y todos sus hermanos permanecieron como testigos silenciosos de la promesa del capitán Levi Leanatus para con la misión.

    Terminada ésta, se incorporó, equipó su casco rápidamente y erguido frente a sus camaradas, desenvainó marcialmente su espada de energía y la situó perpendicular frente a él.
  • ¡Coraje y honor! - Gritó el capitán Levi.
  • ¡Coraje y honor! - Respondieron al unísono sus hermanos.
    Prestos pero sin romper filas se dirigieron al trote hacia la cápsula de desembarco, con el capitán al frente. De la misma manera se sentaron y bajaron las barras de protección y anclaje. Rápidos, metódicos y disciplinados como pocos en la galaxia. Segundos más tarde y sin previo aviso eran lanzados hacia Iatos, mundo otrora imperial y hasta muy recientemente controlado por los Tau. A día de hoy, Iatos sólo era un baldío de cemento, tierra y carne, sin más dueño que los tiránidos que poblaban su derruida superficie y sus flagrantes cielos. El capitán sabía que al Aun'el Shi'ur no le quedaba mucho tiempo, pero la promesa realizada por Levi se vería cumplida a cualquier precio.


Lo sé, sufro de marinirismo (como el americanismo en las películas con sus banderas ondeando en lugares insospechados), pero no puedo evitarlo, es cómo los veo ;p

2 comentarios:

  1. Muy bueno man! se ve que te ha subido la moral eso de que los TAU son los elegidos :P.
    Solo 5 dias y el reglamento ya estara aquiiiii....

    ResponderEliminar
  2. Por supuesto, ver que mis Tau ocupan el lugar que les corresponde por derecho de nacimiento makes me fell all fuzzy and warm.

    Yep, ¡ya queda nada y menos!

    ResponderEliminar